Colegio Nacional

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miércoles, 12 de mayo de 2010

CMAP

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CÓMO SE DIVERTÍAN

Cómo se divertían...

Margie se preocupó incluso de escribir acerca del suceso en su diario. En la página encabezada Mayo 17, 2157, escribió: “¡Hoy Tommy encontró un libro de verdad!” Era un libro muy viejo. El abuelo de Margie les había contado una vez que cuando él era pequeño, su abuelo, a su vez, le había contado que existió una época en que todos los cuentos eran impresos en papel.
Pasaron las hojas que estaban amarillas y arrugadas, y les divirtió leer palabras que permanecían inmóviles en lugar de moverse, como deberían, sobre una pantalla. Después, cuando volvían a la página anterior, encontraban que tenía las mismas palabras que cuando la leyeron la primera vez.
- ¡Caray, qué desperdicio! - dijo Tommy- Supongo que cuando se termina con el libro se lo tira. Nuestra pantalla televisiva debe haber pasado un millón de libros, y sirve para muchos más. Yo no la tiraría a la basura.
- Con la mía pasa lo mismo – observó Margie. Tenía once años y no había visto tanto telelibros como Tommy, que tenía trece.
- ¿Dónde lo encontraste? – preguntó.
- En mi casa – contestó Tommy señalando sin mirar, pues la lectura acaparaba su atención – en el altillo.
- ¿Y de qué se trata?
- Del colegio.
Margie siempre lo había odiado, pero ahora lo odiaba más. El maestro mecánico le había planteado pruebas de geografía y los resultados habían ido de mal en peor, hasta que su preocupada madre había solicitado la cooperación del Inspector Regional.
El Inspector resultó ser un hombre pequeño de rostro colorado, portador de una caja que contenía herramientas, alambres y esferas. Le sonrió a Margie y le regaló una manzana, y luego se dedicó a desarmar al maestro mecánico.
Margie había abrigado la secreta esperanza de que le fuese imposible armarlo de nuevo, pero el hombre sabía, y luego de una hora y pico de trabajo, lo tuvo listo; negro, grande y feo, con una pantalla grande donde se exhibían las lecciones y se hacían las preguntas.
Esa parte no era lo peor; lo que Margie más odiaba era esa ranura donde tenía que meter sus deberes y pruebas. Tenía que hacer esas tareas usando un código de tarjetas que le hicieron aprender cuando tenía seis años, y el maestro mecánico calculaba los puntos que merecía en un abrir y cerrar de ojos.
Cuando hubo terminado el Inspector sonrió, acarició la cabeza de Margie y dijo a la madre de ésta: - No es culpa de la pequeña, señora Jones. Creo que el sector geografía estaba demasiado avanzado, y lo he adecuado al nivel de un niño promedio de diez años. En realidad, el esquema general de su evolución es bastante satisfactorio – y acarició de nuevo la cabeza de Margie.
Margie sufrió una desilusión; esperaba que eliminasen por completo al profesor. Una vez le habían sacado el profesor a Tommy por todo un mes porque el sector de historia se descompuso.
- ¿Por qué se tomaría alguien el trabajo de escribir sobre la escuela? – preguntó Margie nuevamente.
Tommy la miró con aire de superioridad.
- Porque no se trata de nuestro tipo de colegio, tonta. Es el colegio de viejo tiempo que tenían hace cientos y cientos de años. – Pronunciando cuidadosamente la palabra agregó – Hace siglos. – Margie se sintió ofendida.
- Bueno, no sé qué tipo de colegio tenían hace tanto tiempo.- Leyó el libro por sobre el hombro de Tommy, y al cabo de un rato agregó – Pero tenían un maestro.
- Claro que tenían un maestro, pero no era un maestro normal. Era un hombre.
- ¿Un hombre? ¿Cómo un hombre puede ser maestro?
- Bueno, él les decía cosas a los chicos y a las chicas, les daba deberes y les hacía preguntas.
- Un hombre no es suficientemente inteligente.
- Claro que sí. Mi papá sabe tanto como mi maestro.
- No puede. Un hombre no puede saber tanto como un maestro.
- Sabe casi tanto, te juego...
Margie no estaba dispuesta a discutir tanto como un maestro.
- No quisiera tener a un hombre extraño en mi casa para que me enseñe – replicó Margie.
- Qué poco sabes, Margie. Los maestros no vivían en la casa. Había un edificio especial y los chicos iban allí.
- ¿Y todos los chicos aprendían lo mismo?
- Por supuesto; si tenían la misma edad.
- Pero mi mamá decía que un maestro debe ser ajustado a la mente de cada muchacho o chica a quien enseña, y que a cada chico hay que enseñarle en forma diferente.
- Puede ser, pero no lo hacían así en aquella época. Si no te gusta no necesitas leer el libro.
- No dije que no me gustaba – aclaró rápidamente Margie. – Quería leer acerca de esos colegios raros.
- ¡Margie; colegio!
- Todavía no, mamá.
- Ahora mismo – dijo la señora Jones. – Posiblemente sea hora para Tommy también.
- ¿Puedo leer un poco más contigo después del colegio? – preguntó Margie.
- Tal vez – contestó Tommy indolente, y se alejó silbando con el viejo y polvoriento libro bajo el brazo.
Margie entró en la clase, ubicada al lado de su dormitorio. El maestro mecánico estaba prendido esperándola. Siempre funcionaba a la misma hora, día tras día menos sábados y domingos, porque su madre decía que las chicas pequeñas aprendían mejor si lo hacían en horarios regulares.
La pantalla estaba iluminada y decía: “La lección de aritmética de hoy es sobre la suma de quebrados regulares. Sírvase insertar la tarea de ayer en la ranura correspondiente”.
Margie obedeció con un suspiro. Estaba pensando en los colegios del tiempo en que el abuelo de su abuelo era chico. Todos los chicos de la vecindad llegaban, riendo y gritando al patio del colegio, se sentaban juntos en clase, y al final de la jornada volvían juntos a sus casas, y como aprendían las mismas cosas podían ayudarse unos a otros con la tarea y comentarla.
Y los maestros eran personas...
El maestro mecánico escribía en la pantalla: “cuando sumamos las fracciones ½ y ¼...”
Margie pensaba en cómo los chicos gozaban con el colegio en los tiempos pasados.
Pensaba en cómo se divertían...

Isaac Asimov, Lo mejor de Isaac Asimov. Buenos Aires, Emecé, 1976


Actividades:

1. Averigua quién era el autor.
2. ¿Qué reflexiones te merece el relato?
3. ¿Cómo imaginas el aula del futuro?
4. ¿Qué papel desempeñan las NTICx en este sentido?
5. ¿Quiénes son los personajes?
6. Ubica temporalmente al relato y luego suponiendo que los abuelos de los personajes tienen una edad promedio de 60 años, ¿de qué año es el libro que leen?
7. Teniendo en cuenta las fechas de nacimiento y muerte del autor, y que el maestro del relato es mecánico, formula una posible fecha en que fue escrito el cuento.

HARDWARE Y SOFTWARE

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lunes, 26 de abril de 2010